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Al acecho del fuego 4 enemigo. Relato 2.0

Pete llegaba a la comisaría con una caja de donuts y una tasa llena de café caliente, tal y como cada lunes. Nick, su compañero, terminaba de hacer su papeleo. La noche anterior habían logrado atrapar a un par de criminales a la salida del metro, era una suerte que un par de policías en su día de descanso se encontraran en aquel justo momento para atrapar a esas “ratas de alcantarilla”, tal como los solía llamar Nick, que trataron de robar el bolso a una pobre anciana.

Sin embargo el día no sería tan agradable como pensaban, el jefe del departamento les llamó a su oficina, al parecer Nick y Pete tenían una forma diferente de atrapar a los malhechores y habían causado destrozos a la ciudad por más de 200 000 dólares. Pero nadie se atrevía a echarlos, eran los mejores…

…Llegaron a su despacho y les dijo: “¿Habéis visto todo lo habéis organizado? Ahora está metida la cia y la dea…Chicos, creo que estáis demasiado implicados, necesitáis unas vacaciones”
Después de pedir disculpas, pete y Nick prometieron al jefe que después de concluir con el caso se tomarían un descanso, pero habían tenido un soplo y esa noche llegaría el barco con toda la mercancía…

La disyuntiva moral de escoger entre el cumplimiento de su promesa y la salvaguarda del bien común, les generó fuertes y penetrantes quebraderos de cabeza.

Los minutos transcurrían con la celeridad con que un tren de cercarías se desliza por las cálidas vías de un vagón; La solución a la contreversia se presentaba inminente, y la voz de la conciencia era tan grave que más que una voz, parecía el ladrido de una jauría de pastores alemanes en estado de ebullición.

Cuando llegó la hora de la verdad, aparcaron su irracional puritanismo en el vacío, y se decantaron por asaltar aquel barco…

¡Qué narices! y si dejamos el lado de la legalidad y nos forramos con este alijo de droga?

Uff lo sigo viendo muy arriesgado Pete… No hemos salido de una y nos metemos en otra todavía más seria

Nick, nicky, nick, si dña conciencia es el motivo que te echa para atrás, se presentan ante nosotros kilos y kilos de estupefacientes y sustancias psicotropicas para dejarla desprovista de gravedad

Estaban por bajar del auto cuando escucharon por la radio: “atención a todas las unidades, atención, el gran banco central está siendo atracado, han tomado rehenes.”

Por suerte estaban a pocos minutos de el banco central, decidieron tomar un atajo por el gran parque de la ciudad, llegaron y aparcaron en coche en medio de la calle. Ya había una multitud de personas reunidas y varios policías esperando a que llegara el negociador, pero Pete y Nick sabían que en situaciones como estas, no había tiempo que perder, decidieron tomar el control de la operación.

“Acordonen el área en un perímetro de 5 calles a la redonda, quiero francotiradores en el edificio de enfrente, ¡Por Dios saquen a la gente de aquí y recuerden que no quiero nada de televisión o reporteros…y por cierto… ¿Dónde está mi café?!” Dijo Nick en un tono de autoridad.

Mientras tanto Pete se estaba poniendo un chaleco antibalas, estaba dispuesto a entrar para negociar con los asaltantes, se encaminaba hacia la puerta cuando de pronto voltea con Nick diciéndole: “nadie morirá el día de hoy… esto es por la abuela”. Entró a al banco y… un disparo fue a parar justo al pecho de Pete. se desplomó en cuestión de segundos. Nick miró a su hermano un instante, pero el dolor de su hermano no puedo con él. levantó su arma, apuntó, deslizó suavemente su dedo por el gatillo, apretó y el asaltante quedó abatido con un disparo en el muslo…

Muchas gracias a Rodrigo Solá Villalobos, Lucia García, Ignacio Crespí de Valldaura y Manu Toledano que han participado y hen hecho posible este nuevo relato. La semana que viene, venimos con más!


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