relato 2.0 archivos - Dog https://www.dogsocialintelligence.com/tag/relato-2-0/ Social Intelligence Fri, 14 May 2010 11:14:10 +0000 es hourly 1 https://www.dogsocialintelligence.com/wp-content/uploads/2021/04/cropped-Icono_DogComunicacion-32x32.png relato 2.0 archivos - Dog https://www.dogsocialintelligence.com/tag/relato-2-0/ 32 32 Al acecho del fuego 4 enemigo. Relato 2.0 https://www.dogsocialintelligence.com/al-acecho-del-fuego-4-enemigo-relato-2-0/ https://www.dogsocialintelligence.com/al-acecho-del-fuego-4-enemigo-relato-2-0/#respond Fri, 14 May 2010 11:14:10 +0000 http://www.elblogdedog.es/?p=504 Pete llegaba a la comisaría con una caja de donuts y una tasa llena de café caliente, tal y como cada lunes. Nick, su compañero, terminaba de hacer su papeleo. La noche anterior habían logrado atrapar a un par de criminales a la salida del metro, era una suerte que un par de policías en […]

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Pete llegaba a la comisaría con una caja de donuts y una tasa llena de café caliente, tal y como cada lunes. Nick, su compañero, terminaba de hacer su papeleo. La noche anterior habían logrado atrapar a un par de criminales a la salida del metro, era una suerte que un par de policías en su día de descanso se encontraran en aquel justo momento para atrapar a esas “ratas de alcantarilla”, tal como los solía llamar Nick, que trataron de robar el bolso a una pobre anciana.

Sin embargo el día no sería tan agradable como pensaban, el jefe del departamento les llamó a su oficina, al parecer Nick y Pete tenían una forma diferente de atrapar a los malhechores y habían causado destrozos a la ciudad por más de 200 000 dólares. Pero nadie se atrevía a echarlos, eran los mejores…

…Llegaron a su despacho y les dijo: «¿Habéis visto todo lo habéis organizado? Ahora está metida la cia y la dea…Chicos, creo que estáis demasiado implicados, necesitáis unas vacaciones»
Después de pedir disculpas, pete y Nick prometieron al jefe que después de concluir con el caso se tomarían un descanso, pero habían tenido un soplo y esa noche llegaría el barco con toda la mercancía…

La disyuntiva moral de escoger entre el cumplimiento de su promesa y la salvaguarda del bien común, les generó fuertes y penetrantes quebraderos de cabeza.

Los minutos transcurrían con la celeridad con que un tren de cercarías se desliza por las cálidas vías de un vagón; La solución a la contreversia se presentaba inminente, y la voz de la conciencia era tan grave que más que una voz, parecía el ladrido de una jauría de pastores alemanes en estado de ebullición.

Cuando llegó la hora de la verdad, aparcaron su irracional puritanismo en el vacío, y se decantaron por asaltar aquel barco…

¡Qué narices! y si dejamos el lado de la legalidad y nos forramos con este alijo de droga?

Uff lo sigo viendo muy arriesgado Pete… No hemos salido de una y nos metemos en otra todavía más seria

Nick, nicky, nick, si dña conciencia es el motivo que te echa para atrás, se presentan ante nosotros kilos y kilos de estupefacientes y sustancias psicotropicas para dejarla desprovista de gravedad

Estaban por bajar del auto cuando escucharon por la radio: “atención a todas las unidades, atención, el gran banco central está siendo atracado, han tomado rehenes.”

Por suerte estaban a pocos minutos de el banco central, decidieron tomar un atajo por el gran parque de la ciudad, llegaron y aparcaron en coche en medio de la calle. Ya había una multitud de personas reunidas y varios policías esperando a que llegara el negociador, pero Pete y Nick sabían que en situaciones como estas, no había tiempo que perder, decidieron tomar el control de la operación.

“Acordonen el área en un perímetro de 5 calles a la redonda, quiero francotiradores en el edificio de enfrente, ¡Por Dios saquen a la gente de aquí y recuerden que no quiero nada de televisión o reporteros…y por cierto… ¿Dónde está mi café?!” Dijo Nick en un tono de autoridad.

Mientras tanto Pete se estaba poniendo un chaleco antibalas, estaba dispuesto a entrar para negociar con los asaltantes, se encaminaba hacia la puerta cuando de pronto voltea con Nick diciéndole: “nadie morirá el día de hoy… esto es por la abuela”. Entró a al banco y… un disparo fue a parar justo al pecho de Pete. se desplomó en cuestión de segundos. Nick miró a su hermano un instante, pero el dolor de su hermano no puedo con él. levantó su arma, apuntó, deslizó suavemente su dedo por el gatillo, apretó y el asaltante quedó abatido con un disparo en el muslo…

Muchas gracias a Rodrigo Solá Villalobos, Lucia García, Ignacio Crespí de Valldaura y Manu Toledano que han participado y hen hecho posible este nuevo relato. La semana que viene, venimos con más!

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Perdido https://www.dogsocialintelligence.com/perdido/ https://www.dogsocialintelligence.com/perdido/#respond Fri, 30 Apr 2010 08:04:33 +0000 http://www.elblogdedog.es/?p=435 Como guardia de seguridad de una zona de ejercicios nucleares abandonada, poco cambia de un día para otro, sin embargo fue el pasado jueves cuando me encontré con la más grande de las sorpresas, no podía creer lo que veía a lo lejos, un niño de no más de 5 años. Estaba obscureciendo pero estaba seguro que era un niño. Parecía estar mojado, caminaba con cierta dificultad…

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Como guardia de seguridad de una zona de ejercicios nucleares abandonada, poco cambia de un día para otro, sin embargo fue el pasado jueves cuando me encontré con la más grande de las sorpresas, no podía creer lo que veía a lo lejos, un niño de no más de 5 años. Estaba obscureciendo pero estaba seguro que era un niño. Parecía estar mojado, caminaba con cierta dificultad…

…sin dudar un instante corrí hacia él. Llegué justo al tiempo que se desvanecía y quedaba inconsciente entre mis brazos. Tenía pulso, estaba vivo. No parecía desnutrido o deshidratado, pero su rostro reflejaba un cansancio físico extremo. Lo llevé a mi garita, y lo abrigué todo lo que pude. Sin cobertura en el móvil, tenía que arreglármelas para cuidar al pequeño con los pocos medios que tenía a mi alcance en ese momento. Pasaron varias horas hasta que, por fin, el chavalillo despertó, completamente desorientado, preso de una mezcla de pánico y agradecimiento…

¿Estás bien? le pregunté. ¿Cómo te llamas?. No contestaba. Su mirada ausente intentaba decirme lo que sus labios no podían… Empezó a esbozar algo que no llegaba a comprender….

De pronto soltó una frase tan larga como incomprensible… Yo no hablo bien idiomas, pero el inglés algo lo entiendo y el acento del francés e italiano creo que los reconocería. De dónde era este niño? Qué hacía aquí? Cómo había llegado hasta aquí si no hay nada a 50 km a la redonda?
Entre pensamiento y pensamiento me di cuenta que la noche se nos echaba encima y la temperatura empezaba a ser gélida, cogí al niño y me lo llevé al refugio…

Podeis imaginar que un guardia de seguridad de «en medio de la nada» no tiene mucha experiencia en recibir visitas, y menos visitas infantiles. No se quién se extraño más al llegar al refugio, el niño o mis compañeros.

La expresión de Barry, el encargado de la depuradora del embalse de Quarry Heights, no hizo sino impacientarme.

No me gustaba aquél tipo y menos la mirada de desafío con el que había seguido nuestros pasos a través del covertizo del refugio. ¿Qué relación guardaban aquellos inesperados invitados?

Roland, mi compañero de faena durante más de 15 años, no pareció paralizarse al vernos llegar, más bien todo lo contrario. Rápidamente, se hizo cargo del chaval, lo envolvió en una manta de lana y lo sentó a la mesa delante de un plato de potaje caliente. El pequeño dudó un poco en coger la cuchara, pero pronto empezó a devorar, como si hiciera semanas que no probaba bocado.

Cuando terminó, Roland lo cogió de la mano para llevarlo hacia el baño. Cuando empezamos a desvestirle para meterlo en la bañera humeante, el chaval nos miró con cara de horror. Tenía el cuerpo lleno de moratones y grandes cicatrices a la altura de los riñones. ¿Qué demonios le habían hecho?

Atónitos, descubrimos una extraña marca en la nuca. Como un tatuaje. Dos círculos y dos cuadrados perfectamente dibujados sobre la piel del niño…

Era una situación completamente irreal, así que salí al exterior. Tenía que poner en orden mis ideas, y no creía que hubiera problemas en dejar al chiquillo dentro. Seguramente, tras el baño caería preso de un sueño más que necesario.

No encontraba sentido a nada. ¿Un crío sólo, en un lugar tan alejado de nada, y con todas esas magulladuras? Estaba completamente absorto, intentando encontrar una conexión a todo lo ocurrido desde entonces. Me puse a caminar y llegué, sin apenas darme cuenta, al lugar en que vi por primera vez al niño, cuando le cogí en brazos, estando él completamente extenuado.

Era noche cerrada, sin luna, y lo único que rompía la oscuridad era la luz débil de una linterna cuyas pilas están casi agotadas. Fue suficiente para verlo. En el suelo, justo en el lugar donde recogí al niño. Me acerqué y, agachado, lo cogí entre mis manos. Era un trozo de metal atado a una cuerda, como un colgante, algo más grande que una moneda de dos euros, con una inscripción muy gastada rodeando su perímetro interior. Intenté averiguar qué decía, pero la luz era demasiado escasa como para ver nada.

Al llegar al refugio, el chico, efectivamente, estaba completamente dormido en el sillón, frente al fuego. Ni una bomba hubiera podido despertarlo. Enseñé a mis compañeros el colgante…

Cuando mis compañeros vieron el colgante, uno de ellos quedo petrificado, apenas podía hablar, los demás esperábamos que dijera algo. Cuando por fin pudo articular las palabras, entendimos el porqué de su asombro. Nos contó que había visto ese símbolo anteriormente, que lo había visto en algún registro fotográfico de Chernobyl, en específico era el símbolo que identificaba a los trabajadores del reactor de los demás. Por lo que sabíamos, ningún trabajador del reactor había sobrevivido al accidente…
Poco después empezamos a escuchar que llegaban algunos automóviles, no podría ser bueno, nadie estaba autorizado a entrar en el área de noche. Roland salió para ver quién podría ser. Decían pertenecer a la agencia nacional de seguridad nuclear, todos sabíamos que no existía una agencia así.

Roland seguía afuera con los “invitados” mientras nosotros decidimos esconder al chico que seguía dormido en el sillón, hasta ahora no sé porque lo hice, solo sé que algo en mi interior me decía que protegiera a ese niño…

Salí con Roland. Los agentes pedían inspeccionar el refugio por «trabajo de rutina». Antes que Roland mencionara una palabra, un ruido escandaloso interrumpió. El ruido venía del armario donde habíamos escondido al niño…

Los agentes entraron en la estancia corriendo, haciendo que Roland y yo perdiéramos el equilibrio por los empujones. Sacaron unas porras de sus chaquetones, y empezaron a acercarse vacilantes al armario

Sabían que lo que querían estaba allí, y estaban dispuestos a cogerlo costara lo que costara. Tras unos pocos pasos, tenían el pomo del armario al alcance de la mano. Se hicieron señas para ver quién abría la puerta y quién entraba con todo a por su presa.

Abrieron el armario y, enfurecidos, se dieron la vuelta cogieron a Roland por el cuello de la camisa, preguntándole qué habíamos hecho con el chico. Yo seguía en el suelo, medio atontado por el golpe y confundido por lo extraño de la situación. No sé por qué giré la cabeza hacia el bosque, y ahí estaba el niño, con una sonrisa de oreja a oreja, saludando con la mano al tiempo que se daba la vuelta y desaparecía entre los árboles. No dijo ni una palabra, pero en ese instante supe con absoluta certeza que estaría bien, porque ese chico era mucho más de lo que parecía ser.

Más tarde descubrimos que el niño escapó por el hueco dejado por un tablón de madera mal fijado al suelo. Se arrastró a través del falso suelo sobre el que estaba construido el refugio y salió al exterior por un respiradero…

Del chico no hemos vuelto a saber nada de él, solo ha pasado una semana desde que lo vi desfalleciendo en medio del bosque y cada día surgen más preguntas sobre los acontecimientos tan extraños. De los supuestos agentes que llegaron aquella noche en busca del niño tampoco sabemos que ha sido de ellos, llegaron y se fueron como la bruma.

Hoy he descubierto una escotilla en lo eran la sala de controles de la central, he revisado en los planos y no aparece ninguna escotilla en ese lugar. Nos disponemos a bajar Roland y yo, hay algo en el ambiente que no me aterroriza pero que me atrae. Sé que ese niño quería que lo encontrara, que todo es parte de un plan que no conozco pero que estoy resuelto a descubrirlo.

Tengo miedo… dejo de escribir estas notas para bajar a inspeccionar el lugar.

Por Rodrigo Solá Villalobos; Nico Sangrador Andreu; Silvia Clavel; Felipe F Zuazu; Álvaro Gutierrez de Cabiedes; Lorena Gaytan de Ayala; Alfonso Zaldivar y Kenia Meneses. Relato 2.0 DOG

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Un día cualquiera. Nuestro relato 2.0 https://www.dogsocialintelligence.com/un-dia-cualquiera-nuestro-relato-2-0/ https://www.dogsocialintelligence.com/un-dia-cualquiera-nuestro-relato-2-0/#respond Fri, 23 Apr 2010 11:26:38 +0000 http://www.elblogdedog.es/?p=401 Ya no podía estar más en casa y decidió salir a la calle. Llovía. Algo le preocupaba y de repente, cayó en la cuenta y se paró en seco...

Sabía que había visto al chico de enfrente en algún lugar pero no recordaba donde. Era su primera salida de casa después del accidente. ...

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Ya no podía estar más en casa y decidió salir a la calle. Llovía. Algo le preocupaba y de repente, cayó en la cuenta y se paró en seco…

Sabía que había visto al chico de enfrente en algún lugar pero no recordaba donde. Era su primera salida de casa después del accidente. …

Algo le inquietaba sobre la persona que se acercaba con paso decidido… …

..algo bloquada cerro los ojos mientras decidia dar media vuelta o seguir de frente. Escuchaba la lluvia caer y entonces temió no volver a recordar nada por todo el sufrimiento acumulado…

Sí, era él, seguro que era él… Decidió dar la vuelta y salir pitando de allí, no sabía por qué pero no quería volver a hablar con él, ni si quiera quería volver a verle…

Se giró, abrió los ojos después de 20 segundos eternos y fue a buscar refugio en el portal más cercano…
En ese momento sonó su nombre… él la había reconocido… …

Victoria!!! Victoria!!!

Pasó lo inevitable! el mundo entero se le vino encima, era como una losa pesada que le hacía recordar todo el sufrimiento pasado. ¿qué hacer ahora? demasiado tarde para reaccionar, ya lo tenía encima, dirigiéndose hacia mi…

…-¡Cuánto tiempo!
-Sí-dijo con la voz entrecortada-Desde el entierro de mi padre, aun es un misterio-Lo miró friamente y se despidió alegando prisa.
Mientras caminaba seguía dándole vueltas a todo aquello, la muerte de su padre, el malentendido con su jefe, la ruptura con Pedro… Habían pasado siete años desde entonces. En ese preciso instante decidió hacerse cargo personalmente de investigar aquella muerte nunca resuelta…

Pedro la seguía, ella a su vez caminaba más de prisa. Pedro no lo hagas más difícil! Ya tienes tu vida, deja que continúe con la mía. Él le dice, sólo quiero saber si estás bien. Estoy mejor que hace siete años. Papá papá! le grita un pequeño a Pedro.

Aquel «Papá» le dió otro vuelco al corazón. Victoria, que sentía no haber rehecho su vida, tampoco sabía cómo reaccionar ante aquella noticia, ni se atrevía a mirar hacia aquel niño pero su voz le enterneció.

… De pronto todo estaba claro en su cabeza, Victoria era protagonista de su propio sueño, conocía esa sensación, la de saber que estas soñando y que te permite controlar la historia.
Nada era realidad pero todo parecía tan real, ese niño, el joven que tenía enfrente, la lluvia.
Sabiendo que solo era un sueño…

Sabía que si se dejaba llevar por sus emociones podía abrir de nuevo una libro que habia terminado desde hacía tiempo.

No quería mirar hacía atras. ¿Quién era ese niño? ¿Era posible? De todos modos…no, Victoría quería seguir andando, era una decisión que iba a marcar el resto de su vida, una decisión que ya había tomado hacía tiempo pero parecía que no había sido definitiva. …

Seguiría decidida hacía adelante, sin saber hacía donde pero adelante, siempre adelante. Buscando lo que siempre había añorado, encontrar cuanto antes….

.. encontrar cuanto antes paz. Su padre había muerto en un trágico accidente. Pedro iba con él. Victoria entendía que había sido un accidente pero por qué la desaparición de su entonces prometido. Por qué el silencio abismal. No lo supo, nunca lo entendió.

Un viento fuerte despierta a Victoria de su estado casi somnoliento.

Abstraida, apoyada en una esquina, levantó la cara. Su mirada recorria el punto infinito detras de los paraguas, la gente, los coches. Se le secaba la boca, el pulso acelerado. Las ventanas eran ojos de cuencas vacias que le miraban sin piedad…

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