Internet, y en concreto el mundo de la web 2.0, ha transformado la profesión periodística hasta hacerla casi irreconocible. Y todavía queda mucho camino por recorrer. Las redes sociales (Facebook, Twitter, etc) han convertido al destinatario tradicional de la información periodística en generador de contenidos periodísticos, además de permitirle distribuirlos entre el público de masas sin necesidad de intermediarios.

Ahora, los usuarios de las redes sociales pueden acceder fácilmente a un sinfín  de fuentes informativas, generar grandes volúmenes de información de forma rápida, convertirse en líderes de opinión y difundir sus mensajes directamente. Viendo a simple vista este panorama parece que el periodismo como profesión ha muerto, o está a punto de morir. Parece que ya no son necesarios los periodistas para que el público esté informado. Sin embargo, es todo lo contrario. Este contexto social generado por las redes sociales hace todavía más importante si cabe el papel del periodista como profesional de la información.

Internet ha supuesto la afluencia masiva de información de todo tipo. ¿Cómo separar entonces la información de calidad de la que no lo es? Ahí es donde el periodista profesional debe entrar en juego, pero para ello debe valerse de las herramientas que le proporciona la web 2.0. Los nuevos periodistas deben estar en Twitter y en Facebook.

¿Qué herramientas nos proporcionan al profesional estas redes sociales? Ya no son los medios de comunicación quienes marcan de forma exclusiva la agenda informativa, sino que los usuarios tienen ahora mucho que decir. En este sentido, las redes sociales permiten al periodista conocer lo que piensa la audiencia, qué es lo que quiere, qué es lo que le gusta y qué temas centran el interés de su público potencial. Las redes sociales como Twitter o Facebook facilitan al periodista la labor de crear una agenda de fuentes y contactos fiable.

Pero la utilidad más importante de la web 2.0 en el ámbito periodístico es su capacidad para convertirse en un nuevo medio de comunicación de masas. Facebook y Twitter, sobre todo la segunda, se han convertido en una herramienta extraordinaria para difundir un mensaje de forma masiva e inmediata sin importar el lugar ni el momento en el que te encuentres. Esto permite al periodista informar en directo de cualquier suceso fuertemente vinculado a la actualidad y cuya inmediatez, por lo tanto, sea su principal valor. En los últimos años hemos visto cómo diversas revueltas, golpes de estado, huelgas, campañas electorales, etc, han sido transmitidas a todo el mundo en tiempo real a través de Twitter y cómo los Gobiernos fracasaban en su intento de cortar o controlar el flujo informativo al no ser capaces de frenar la oleada masiva de comunicación de los internautas que seguían dichos sucesos desde la red e informaban sobre ellos.

Los medios de comunicación, si no quieren desaparecer a lo largo de los próximos diez años, deberán adaptarse a las nuevas tecnologías de Internet. Los periodistas deberán emplear las redes sociales como un instrumento que permita a sus medios convertirse en referentes de la información de calidad y en garantía de rigurosidad frente a la masa informativa con la que cualquier usuario se puede encontrar en Internet.

Miguel Pérez

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La imprenta de Gutenberg y la incipiente posibilidad de difundir información de forma masiva; el Relation aller Fürnemmen und gedenckwürdigen Historien como primer periódico del mundo, transformando la forma en que las noticias llegaban a la sociedad local; el telégrafo electrónico posibilitando la comunicación instantánea a larga distancia; el proyector cinematográfico y el hombre asistiendo por primera vez a la comunicación mediante imágenes en movimiento; la radio y la posibilidad real de llegar a toda una sociedad mediante una sola alocución; la TV y la extraordinaria sensación de escuchar y ver a través de un mismo emisor transmisiones en vivo.

La maduración de cada una de estas tecnologías y su masificación modificó la lectura, el modo de vivir y de entender la realidad y la intervención de la sociedad sobre ella. La TV fue el broche de oro a la modificación cultural introducida por los Medios de Comunicación de Masas, provocando, incluso hoy, las reacciones más dispares, desde los entusiasmos más fervorosos hasta las condenas más rigurosas.

Pero el siglo XX tenía preparado algo más: la llegada de Internet y el uso social que a partir de los noventa comenzamos a hacer de él. Sin desconocer las anteriores revoluciones y transformaciones que como sociedad vivimos, la presente, la liderada por Internet y las nuevas tecnologías, está modificando todos los parámetros hasta ahora conocidos y originando un nuevo espacio y una nueva forma de comunicar.

Su extraordinaria expansión en un corto espacio de tiempo, es motivo suficiente para convulsionar las pautas de las relaciones sociales existentes. Las estadísticas hablan por sí: la radio demoró 38 años en alcanzar una audiencia de 50 millones, la TV 13 años, en tanto la red lo hizo en sólo 4.

Las redes sociales son el mejor ejemplo de ello. En 5 años, facebook -inicialmente pensada como red para la comunidad universitaria- superó los 350 millones de usuarios en el mundo, y cada vez más es un escenario dónde las marcas, las empresas, los políticos, las ONG, entre otros, no quieren dejar de estar.

Con mucho menos tiempo y con más ritmo, Twitter ha superado los 100 millones de usuarios y la última novedad que hemos recibido es que más de la mitad de su población no es Norteamérica, es decir, el microblogging de 140 caracteres (¿Quién hubiera pensado años atrás que en tan poco podíamos conversar tanto?) ya cuenta con una importante expansión internacional.

La primera pregunta es cómo es posible que tan rápidamente, los nuevos medios se hayan impuesto a los tradicionales. La respuesta es CAMBIO. El cambio tecnológico, ha impactado en lo social, repercutiendo increíblemente en las demás estructuras: organizativas, institucionales, políticas… en definitiva, culturales.

La pregunta siguiente es, ¿porque? Porque los usuarios, los ciudadanos, antes simples espectadores, hoy queremos participar, queremos escuchar sí, pero queremos hablar también, tenemos mucho para contar, para aportar, debatir. Queremos generar información, que otros escuchen y cuestionen nuestras ideas, queremos subir fotos, queremos hablar con nuestro candidato, queremos decirle a una marca que su producto está way, o simplemente porqué no lo consumimos. Queremos ser protagonistas.

Hemos superado el silencio en el que los medios de comunicación tradicionales y demás estructuras verticales, nos tenían sometidos. La red nos permite una interacción social, de similar naturaleza a la alcanzada en el cara a cara, pero con mayor repercusión expansiva, al tiempo que nos permite un amplio consumo cultural e información de manera gratuita.

Las potencialidades y herramientas de la Web 2.0 están cada día más incorporadas a nuestra vida diaria: Wikipedia, blogs, wikies, Tuenti, Facebook, Youtube, Google, Hi5, microblog, Podcast, Myspace, WordPress, Second Life, juegos online y un largo etcétera, hacen nuestra vida aún más social.

Hay miles de características que explican este nuevo escenario. Yo creo que la más importante es la retroalimentación, la conversación continua… ese ir y venir que nos hace sentir parte de algo, que nos posiciona activamente, como decir eh, yo también estoy aquí, y tengo algo para decir, para colaborar…

¿Tú que piensas?

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